miércoles, 14 de octubre de 2015

Intencionada y lentamente

En realidad veo esa luz al final del túnel de tu sonrisa, una salida de emergencia que me permita salir a flote una vez más, que me haga intentar darme cuenta de que esto ha sido un capítulo de mi vida como lo han sido muchos otros, quizás este ha marcado profundo y fuerte pero nada que no se pueda superar, o eso se supone. Prefiero cerrar el libro, colocarlo en un lugar de la estantería donde no lo vea demasiado, donde pueda continuar sin dar pie a confusiones de razón y corazón. 

La sociedad me consume igual que una vela con el paso del tiempo, mis cuatro paredes no me dan tregua y yo me fumo el último cigarro que me quedaba. Cierro los ojos, me concentro, respiro y salgo con autoconvenciéndome de que hoy sí, hoy puede ser un buen día para sonreír, para contagiarme del mundo, lo hago, me siento al filo de ese precipicio con miedo a asomarme por si me caigo sin posibilidad de recomponerme. ¿Quién no ha tenido esa sensación nunca? A veces sin quererlo, a veces intencionadamente. Y esque... qué es eso sino la vida, que nos pone al límite constantemente, alterando nuestras constantes, contradiciendo nuestros sentimientos, equivocando nuestros pensamientos, desmontando nuestra vida, destrozándonos intencionada y lentamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario