martes, 6 de octubre de 2015

Error de segunda mano

Enganchada al guión de tu sonrisa, a las prisas de tu huida, a una triste despedida donde me arrancas el pecho y te llevas mis ganas.
Te pedí que me arrancaras, pero la ropa, que nos volviéramos locos soñando con el fin del mundo, el fin de nuestro mundo, reírnos hasta romper en frenesí todos los músculos del cuerpo. Clavaste bien hondo tu bandera en cada vertebra de mi espalda, me hiciste víctima de tus besos, culpable de tus sonrisas, condenada a tu mirada. 
Sonrieme de nuevo, por favor, sólo una última vez para comprobar que no me olvidas, para asegurarme de que sigo siendo la mujer de tu vida, que lo seguiré siendo por el resto de tus días. 
Qué bonito soñar con que me quieres.

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