Nos pasamos la vida buscando el amor, la felicidad, esa vida perfecta que nadie se traga que se vaya a conseguir, pero diremos que el ser humano siempre ha tenido que aferrarse a algo, siempre ha tenido que tener algo en lo que creer.
Ya desde pequeños nos han metido la idea en la cabeza de que hay que tener las cosas claras y planeadas en la vida, ¿qué quieres ser?, ¿qué vas a estudiar?, ¿dónde vas a querer vivir?, ¿cómo vas a llamar a tus hijos?, y eso en verdad ¿qué cojones importa?, la esencia de la vida según mi filosofía está en el camino, no en la meta, y quizá lo más importante... las personas que te acompañan en ese camino.
Porque está claro que de nada sirve tenerlo todo en la vida si no tienes con quién compartirlo, con quién disfrutarlo, así que deja de programar tu vida y deja que te sorprenda, porque al fin y al cabo la vida es aquello que te sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.
